
¿Puede llamarse a esto un día?
¿Cuándo ya no hay ni alba ni crepúsculo,
ni mediodía en la mitad de cielo?
Es necesario dar nombre a
las fracciones del tiempo que pasa...
A pesar de todo no es posible exclamar:
¡Qué fracción, mi Dios, qué fracción!
Una rosa en el paraíso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario